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domingo, 14 de marzo de 2010

Fantasía y realidad


Sintió que no había cabida para la tristeza en su corazón, sintió la paz profunda que sienten aquellos que dejaron atrás largos años de penurias y desdichas. Aquellos que por fin comprenden que aunque largo es el camino les ha ayudado a crecer, a crecer por dentro, a escapar de si mismos albergándose en su interior.

Supo que había estado allí siempre, no en cuerpo, pero si en espíritu. Había reconocido aquel lugar y se sorprendió amando aquel cuadro pintado de sentimientos de paz, de tranquilidad, bordado con las historias de los personajes mas curiosos y enmarcado con la esperanza de empezar allí "el camino".

Levantó la cabeza y encontró la hermosura, inexplicable e indescriptible de aquella montaña que le servía como muro entre su alma y la realidad de allí fuera. Se fijó en algo que se movía allí arriba, donde los árboles se ven como sombras. Vio la figura estilizada de un hombre de cabellos rubios y ondeantes, montado en un poderoso caballo blanco, cabalgando por el borde de la montaña y al no creer lo que sus ojos veían miró mas detenidamente, y un poco mas abajo en una de las llanuras verdes vio a una mujer grande y fuerte de cabellos rojos como el fuego arrodillada ante una gran espada sobre la cual apoyaba una mano y la cabeza, a modo de rezo.

Mas allá entre los árboles vió una hermosa figura pequeña y delgada que parecía deslizarse más que correr, con una ligereza y rapidez increíbles, teniendo en cuenta el peso del enorme hacha que portaba en su espalda.

Los conocía, si. Reconoció las figuras, pues ella misma los había creado con la esperanza de encontrarlos algún día. Y lo hizo, allí estaban... El valiente vikingo que se la llevaría a tierras lejanas, Atreida la guerrera celta que adoraba a dioses vikingos y Noor, la pequeña semielfa con el hacha de su padre Oberón, quien la acompaña en su mente. Allí estaban...

Comprendió entonces que aquella era su esencia, su espíritu estaba hecho con la misma tierra de aquella montaña y de aquel cielo que se unía con ella. Así pues, pudo ver a Odín sentado en su trono intercambiando ideas con Cernunnos y mas allá en la oscuridad vio descansar apaciblemente a Lucifer y el mundo de las hadas en su espejo y en las aguas las ondinas y la Dama del lago con la espada de Arturo, llamada Excalibur. De pronto sintió un pequeño revoloteo en su oreja, giró la cabeza y allí en su hombro encontró al ser mas maravilloso que - había creado. Con sus ojos como el cristal y su piel de plata, plegando sus alas de libélula.
"Blitz..."-susurró y sintió que no había cabida para la tristeza en su corazón, sintió la paz profunda que sienten aquellos que...

Capileira, 10/04/2003

Este "relato", aunque para la mayoría no tendrá ningún sentido para mí es muy especial, pues entre lineas habla de un cambio muy grande que se produjo en mi vida (para bien) y aunque podría estar mejor redactado no he querido cambiar nada ya que fue escrito sobre la marcha, sin corregir ni pensar en como sonaría a oídos de lo demás...